BUDO

HISTORIA DEL BUDO
El término “budō” se usaba antes del período Tokugawa (1600-1868) y originalmente significaba “el camino de la vida del samurái”, o “bushidō” y no solo se refería a bujutsu (técnicas marciales) o bugei.
Hoy día la palabra budō se usa como término genérico para referirse a las enseñanzas de las artes marciales tradicionales como: kendo, judo, aikidō, y karate, llegando a popularizarse en la Era Taishō (1918-1925)1
El bugei o saber marcial clásico (anterior a la Restauración Meiji) se denomina koryū y era parte de la educación del guerrero samurái estando vedado a quienes no pertenecieran a ese grupo social pero después de la Guerra Boshin en 1868 con la abolición del sistema feudal, estas artes trascendieron al público general pero como el código bushidō no era aplicable a quienes no fueran guerreros educados en él desde su infancia se desarrolla el equivalente aplicable a la población general en las artes marciales tradicionales, tanto deportivas o no, denominadas gendai budō lo que parece indicar que su enseñanza debe ir acompañada de este conjunto de normas éticas y morales que hagan segura su práctica y aplicación.
Las bases del budō contemporáneo fueron estructuradas a finales del siglo XIX fundamentalmente en el Dai Nihon Butokukai a la vez que se estructuraban y organizaban las artes marciales tradicionales modernas del judo, el karate, el kendo y el aikidō a partir de las artes marciales clásicas ancestrales o koryū, como el daitō-ryū aiki-jutsu, el jūjutsu, el kenpō de Ryukyū (o puño de Okinawa) o to-de / tuidi, y el kenjutsu (esgrima), entre otras.
Actualmente se considera que las disciplinas que abarca el budo son nueve: judo, kendo, kyūdō, sumo, karate, aikidō, shorinji kempo, naginata (camino de la alabarda) y jūkendō (camino de la bayoneta).1 la mayoría de estas disciplinas difieren en historia o énfasis y en algunos casos (como el del karate) no se originaron en Japón. La Asociación Japonesa del Budō se fundó en 1977, siendo conformada por las federaciones que representan las nueve disciplinas.
Las disciplinas budō manejan un sistema de grados "kyu-dan” con el fin de evaluar el progreso técnico-táctico y moral de los practicantes.1
La “Constitución del Budō” fue proclamada en 1987 por la Asociación Japonesa de Budō y tiene como máximo ideal “buscar la perfecta unión de mente y técnica"1
Las artes marciales tradicionales o gendai budō han alcanzado un alto reconocimiento de la sociedad moderna, al ser derivadas de la práctica de bujutsu clásico Japonés, y en su transición a la modernidad han sido influenciadas por las normativas de los deportes occidentales, y así también el koryū budō o artes marciales clásicas se convirtieron en su contraparte. El arte del budō ha evolucionado radicalmente con el paso del tiempo de acuerdo a aspectos enfatizados en su reestructura y desarrollo.

BUSHIDO
En la tradición japonesa el bushidō (武士道, bushidō) es un término traducido como “el camino de el guerrero”.
Es un código ético estricto y particular al que muchos samurái (o bushi) Se dice que desde pequeño, el bushidō era inculcado a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de despegarse del pecho de la madre.
La palabra samurai procede del verbo japonés saburau que significa “servir como ayudante”. La palabra bushi es una palabra chino-japonesa que significa “pequeña aristocrácia armada”. La palabra samurai fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante un término más digno, bushi.
Ha llegado a ser conocido como el código Samurai, pero es más que eso. El nombre dado no es “el código” o “la ley” del guerrero, sino mejor, “el Camino.” No es simplemente una lista de reglas a las cuales un guerrero se debe apegar a cambio de su título, sino un conjunto de principios que preparan a un hombre o a una mujer para pelear sin perder su humanidad, y para dirigir y comandar sin perder el contacto con los valores básicos. Es una descripción de una forma de vida, y una prescripción para hacer un guerrero-hombre noble.

CÓDIGO DEL BUSHIDO
義 Gi – Rectitud (decisiones correctas)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
勇 Yuu – Coraje
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.
仁 Jin – Benevolencia
Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
礼 Rei – Respeto
Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.
誠 Makoto – Honestidad, Sinceridad absoluta
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra” no ha de “prometer” el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.
名誉「名譽」Meiyo – Honor
El auténtico samurái solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quién eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.
忠 Chuu – Lealtad
Haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece inclaudicablemente fiel. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.